La importancia del título.

Carmen.

Nunca la nombré porque no existe.

Alguna pasó y pasó de largo,
como el trasporte público y sus horarios,
y el poeta con su calendario sin levantarse
por no dejar huella en el asiento
donde ella nunca sabrá que te intuía subiendo.
Ese pequeño libro no tiene valor
ni la mano, ni esta cadencia que escribe,
ni las horas imperfectas esperando que pares.
Siempre sigue de frente porque nos limitamos,
porque ese es el miedo a no querer encontrarnos
para no cometer el error de olvidarte,
para no volver a creer que no existes.

Carmen.

Esa es la importancia del título,
el valor de lo que no se detiene.


...
Rayco Ángel Santana Pulido (RASP).

Roce y dolor.

Tanto silencio y los dos tan callados.
Daría mis manos por encontrar el dolor,
el roce de los cuerpos y el olor a quemado.
El sol quisiera sentirse culpable
pero tan sólo se intuye ahí detrás,
escondido y tembloroso,
muerto de miedo de encontrarnos ardiendo,
de no ser responsable de tanto dolor,
hundido porque el silencio nos hizo humo.


...
Rayco Ángel Santana Pulido (RASP).

Pequeña historia de gente al pasar.

Quiero escribir algo a destiempo
en una calle de cualquier ciudad
con gente que ni me interesa.
Algunos se abrazan, otros se odian
pero todos quedan atrás
y respiro con alivio.
Esta no es una huida habitual.
En mi cabeza una canción de Nick Drake
y en el bolsillo el teléfono que no suena.
Colgaría con tan sólo pensar que lo harías.
Pero es tan sólo lo que quiero escribir,
sin ver el final de esta calle que recorremos
sintiendo que esos que dejamos atrás
no éramos ninguno de los dos.


...
Rayco Ángel Santana Pulido (RASP).

Señal desatendida.

Hasta para gritarte cojo carrerilla
como quien salta a churro
bajo el veredicto de un dedo pulgar
y todo el peso de sus risas.

Hasta para gritarte hago escaleras
como naipes de partidas cruzadas
sin ataduras sentimentales
ni culpa de trilero enamorado.

Y hasta hago que grito
por nombrarte al pasar de calle
como señal a cada lado
sin advertir que miras en otra dirección.



...
Rayco Ángel Santana Pulido (RASP).

Paseo estático.

Que el viento no te estropee la sonrisa
ni la cremallera limite tus miradas.
Ensayo con precaución mi primera palabra
sin dejarme llevar por el desánimo
de saber que no me intuyes desde la fotografía.
Pero te imagino caminando conmigo,
paseando por todo el borde que limita la imagen
y te siento callada porque notaste la ausencia.
Será el mar que te espera estático
o mi dedo en el pulsador con miedo de perder
el momento en el que levantes la mirada.


...
Rayco Ángel Santana Pulido (RASP).

Mañana más.

Fue crucial que gritaras que no me querías
porque ya no imagino cuadros sin impostura
ni sonrisas a media asta.

¿Cómo lloran los desconocidos?
No tuve espejo para vernos, ni huevos para buscarlo.

Mañana te volveré a buscar.


...
Rayco Ángel Santana Pulido (RASP).

Hay llamadas...

Tu voz no habla de ti, ni te acerca a mí
pero te sigo llamando.

Una noche te haré la mujer más infeliz
diciéndote que contigo no quiero sexo sin amor,
que he conocido mejores apuestas sin dar el alma
y hasta besos que sabían peor que tu ruina.
Quizás te haga el favor de tener que esperarme,
de las llamadas con forma de vela,
de todas las noches que duermes en camas ajenas
y el color de los ojos de la niña que crías sin mí.
Te resultará demasiado fácil rescatarte
del hueco que jamás dejaré en tu lecho,
llenándolo de invasores de los que te lucras,
los que mienten al decir que son su primera vez.

Tu voz no habla de mí, ni me acerco a ti
pero te llamo porque lo siento necesario.

...
Rayco Ángel Santana Pulido (RASP).

Castillos de arena.

Vivo en una isla sin vistas al mar,
con vírgenes adictas al naufragio
y salitre sólida de calles sin sentidos.
Avenidas de corazones como rocas,
aves en vuelo sin vuelta atrás
y este semáforo que no conecta verde.
Hay quien quiere volver todavía.
Supongo que esta es la vida de una isla
a los pies de los castillos de arena
que construyen los que aun no se han ido.


...
Rayco Ángel Santana Pulido (RASP).

Salto en vigilia.

Sueño con una estación llena de escombros
abandonada al consuelo de los amantes
que se despiden hasta no alcanzar ver
sus ojos tapados por el horizonte,
y besos letales que registran el sinsabor
del aliento metálico de la soledad.

Despierto a una vida llena de encuentros
sin gestos indoloros en travesía descompuesta
por palabras que te nombren.
Y vuelvo a dormir esperando despertar,
cada día, sin miedo a soñar que todo cambiará.


...
Rayco Ángel Santana Pulido (RASP).