Pariendo mierda: Próxima parada.

Nunca me siento en los asientos,
por eso viajo de pie y descalzo
esperando llegar a la próxima estación
de las primaveras de alguna vida.

Se escucha el rumor de alguna batalla,
las que aun perdemos día a día
y la ferocidad de ver este vaivén
de ti y de mí, subir y bajar.

Este vehículo no entiende de estaciones
pero vive de sus paradas y sus viajeros,
de las caras manchadas por el tiempo
y del sonido de la máquina que te hace dormir.

Se ilumina el cartel de “Próxima parada”
y hay quien no aguanta sentado.
Algunos bombines están llenos de deseos
y otros, se quedan en estos asientos.


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Rayco Ángel Santana Pulido (RASP).

Rutina.

Me deshojo por dentro y a cada paso
un miembro pierdo.
No siento las costillas ni las fuerzas
para recoger ahora los pulmones
que tanta precariedad les ha dejado esta ciudad.
Hay lugares de mi geografía que jamás sentí.
Cae mi estómago y se rebosa lleno,
alimentando la tierra y al niño huesudo.
Pero la vida se nos llena de cuervos
que pican sólo la paja que a nuestros
costados dejamos adherir.
Reinvento nuevos pasos y siguen cayendo
los pequeños secretos de este cuerpo
que alguna vez creí mío.
Son sólo palabras y órganos.
Y el corazón hundido, casi hueco,
tan derribado no se marchita
porque ya no encuentra donde beber,
aunque algunos se desmoronen en las barras.
Mi cabeza pendiente a los horarios de oficina,
al tráfico lento y a las salidas de los colegios.
El cerebro como un embudo recoge
la necesidad de verte y el pensamiento
de haberlo perdido todo en el camino
que recorro hasta ti mientras me deshojo por dentro.


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Rayco Ángel Santana Pulido (RASP).

Tiempo dividido.

Prendida la ilusión rota por los medios
aun soy testigo de algunos eventos.
Lo atiendo, me hace reír, apenas un segundo
ni percato el tiempo dividido al tuyo.
Salen hombres de negro y mujeres disfrazadas,
esas que antes vimos desnudas o imaginamos,
las que te preguntan “¿dónde estás?”,
”¿dónde te ha llevado el tiempo?”.
No sólo el tiempo me ha dejado aquí,
también el viento, sus argumentos
y algún horizonte que aun se acuerda de ti.
Y vuelvo a dividir al tiempo.

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Rayco Ángel Santana Pulido (RASP).

Velada de tus ojos.

-Si me das un beso, te escribo unas líneas.
Te miraba y mordías el bolígrafo.
No todo son miradas ni salas de espera,
ni candiles que no sean tus ojos.
-Si me das un beso, te hago poesía.
Te miraba, y sólo escribía.

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Rayco Ángel Santana Pulido (RASP).

Desencuentro.

Primero pienso en tu cabeza recostada
mirando las luces escapar del metro.
Luego imagino que escribes, y te veo.
Por fin me hago real, ente capaz de tocar
pero sin boca que te hable, ni besar.
Me dibujas en carbón de afilado lápiz
y puntualizas mi torpeza a la hora de mirarte.
No sé disimular.
Desde aquí no alcanzo a ver lo que dices
y temo no poder leer nunca lo que piensas,
por eso dibujo estás palabras que me das
y me dedico a cambiarles el orden.
Intento afilar y acertar con el verbo
todas las miradas que no intuyes darme,
y te dibujo a veces triste, a veces sola
pero siempre hermosa, siempre tú.
Me empeño en buscar tus manos
en coreografía casi perfecta sino fuera
que no atiendes mis gestos.
Ahora te intuyo leyendo estas lineas y
no me importaría que las firmaras tú.


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Rayco Ángel Santana Pulido (RASP).

Eres.

Mal escrita; una letra irregular; llena de sentimiento; en la fachada de una casa; una calle tranquila; una calle para románticos; una frase tan triste y cruel: “A esta casa se le quiere. En esta casa se ha querido mucho”; una casa completamente cerrada, tapada, ahogada; oculta tras los pincelazos de una brocha gorda; irregular.

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Rayco Ángel Santana Pulido (RASP).

Autorretratos.

Estoy donde guardas el olvido.

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Rayco Ángel Santana Pulido (RASP).

Poemas infieles al tiempo y tu recuerdo.

Siete de los textos ya aparecidos anteriormente.

http://rapidshare.de/files/10751623/Poemas_infieles_al_tiempo_y_tu_recuerdo.rar.html


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Rayco Ángel Santana Pulido (RASP).

Paradas.

Afrontamos la vuelta a casa
con la esperanza de no hacer más paradas,
de aquellos corazones varados en barras de bar
y faltos de conversación.
Recorrimos la distancia adelantados por la izquierda
en un coche sin asientos traseros.
Los naufragios no habían vuelto a ser los mismos
desde que los intuíamos de cerca
y algunas señales nos contaban asaltos
y los peligros de volver a pararnos
en aquellos semáforos en rojo.


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Rayco Ángel Santana Pulido (RASP).