lunes, agosto 14, 2006

Tiempo incierto.

Te espero y pasa un minuto.
Ni siquiera lo cuento pero pesa,
no por el tiempo ni sus 60 segundos,
ni por el ruido de mi respiración
que sigue la curva de quien no me espera,
sino por la turbulencia esclava del reloj
que no entiende de nocturnidad
ni de mañanas esperando despertar a tu lado.
Porque este juguete del diablo suena,
si parara la ciudad y tu corazón
estos latidos no saldrían de tu pecho,
sino del leve murmullo de agua
del final incierto de este minuto
que no para en salas de espera
y alarga nuestra despedida.


...
Rayco Ángel Santana Pulido (RASP).