lunes, febrero 06, 2006

Aquel hombre.

Aquel hombre quiso conquistar el cielo.
Subió a los rascacielos y le dio por gritar.
Nadie miraba y dio de bruces con el suelo.
Las calles se llenaron de rumores y curiosos.
Pronto se escucharon sirenas y llantos.
Hay quien dice que aquel hombre saldría vivo.
Hay quien habla demasiado.
Ayer me lo contó alguien. Dijo antes de morir:

El cielo no tiene fronteras ni barreras,
pero no esperaba el suelo al saltar.


...
Rayco Ángel Santana Pulido (RASP).